El amor que nunca llegará
Aventurarse en esta lectura es como un despertar en el mundo de los sentidos, de la honestidad y la ingenuidad, todo un sueño de deseos que van transcurriendo en el amanecer de un nuevo día.
Como puede influir de una manera tan positiva en la maduración de un joven, la sabiduría de un profesor, hasta llegar a ser el hombre referente en su vida. Como guiar el tronco de un nuevo árbol, hasta obtener después de cualquier primavera esa frondosidad, esa belleza con la que culmina, apuntando con su copa al infinito celeste y llenando con sus perfumes y ramas todo el jardín. Como poco a poco y, a través de la literatura, del mundo de la poesía en concreto es capaz de avivar el interés por descubrir nuevos horizontes intelectuales, y despertar todo un abanico de caminos, de diferentes rutas, que van marcando el carácter del personaje.
El autor nos describe con gran sensibilidad como los sentimientos juveniles van aumentando, sin poder frenarlos de ninguna manera y como la realidad imperaba en el pensamiento del protagonista, sabiendo que necesitaba el pilar básico que para él suponían su familia y su entorno hasta conseguir una buena maduración, una mayor formación como persona.
Trata con una delicadeza formidable el sentir de este joven, su despertar a los sentimientos del alma, el amor en todas sus vertientes, su magnetismo, desde la ilusión, la culminación, el desencuentro, la desesperación, la soledad. La búsqueda de la felicidad, que al fin y al cabo es el camino que todos recorremos, dejando lastres por el camino, hasta llegar a la meta, no importante cuando, a veces ni como ni por dónde, la cuestión es llegar y disfrutar del éxito de haberla obtenido.
Como colofón, citaré la frase hecha:
Como puede influir de una manera tan positiva en la maduración de un joven, la sabiduría de un profesor, hasta llegar a ser el hombre referente en su vida. Como guiar el tronco de un nuevo árbol, hasta obtener después de cualquier primavera esa frondosidad, esa belleza con la que culmina, apuntando con su copa al infinito celeste y llenando con sus perfumes y ramas todo el jardín. Como poco a poco y, a través de la literatura, del mundo de la poesía en concreto es capaz de avivar el interés por descubrir nuevos horizontes intelectuales, y despertar todo un abanico de caminos, de diferentes rutas, que van marcando el carácter del personaje.
El autor nos describe con gran sensibilidad como los sentimientos juveniles van aumentando, sin poder frenarlos de ninguna manera y como la realidad imperaba en el pensamiento del protagonista, sabiendo que necesitaba el pilar básico que para él suponían su familia y su entorno hasta conseguir una buena maduración, una mayor formación como persona.
Trata con una delicadeza formidable el sentir de este joven, su despertar a los sentimientos del alma, el amor en todas sus vertientes, su magnetismo, desde la ilusión, la culminación, el desencuentro, la desesperación, la soledad. La búsqueda de la felicidad, que al fin y al cabo es el camino que todos recorremos, dejando lastres por el camino, hasta llegar a la meta, no importante cuando, a veces ni como ni por dónde, la cuestión es llegar y disfrutar del éxito de haberla obtenido.
Como colofón, citaré la frase hecha:
"A quien espera todo le llega"
"Siempre hay que confiar en que vendrá un rayo de esperanza".
No me sonaba de nada la verdad. No me disgusta aunque no sé si me da la impresión de que es algo lento.
ResponderEliminarUn beso!
Da la impresión de una lectura con muchos sentimientos, parece interesante de leer. Gracias por esta estupenda reseña.
ResponderEliminarBesos
Yo lo he leído y está bien, es una historia de amor bonita pero con tu reseña seguro que entran más ganas de hacerte con él. Besitos
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